Monitoreo Humedal Ríos Cruces

Facultad de Ciencias

Instalaron nuevos instrumentos para medir efectos de forzantes ambientales de gran escala sobre el humedal del río Cruces

Monitorearán factores regionales como el levantamiento continental entre terremotos y variables asociadas al cambio climático.

Con el objetivo de realizar un monitoreo de eventos regionales de gran escala y que podrían afectar la dinámica de humedales estuariales del sur de Chile, tales como el efecto de grandes terremotos y los cambios en la cantidad de precipitaciones, un grupo interdisciplinario de investigadores han instalado una red de monitoreo multiparamétrico en el humedal del río Cruces. Esta red incluye dos estaciones de GPS (instrumentos para el monitoreo de los niveles del suelo vía información satelital), cuatro estaciones meteorológicas y ocho medidores del nivel de agua, equipos que se han instalado en distintos puntos del humedal del río Cruces (HRC) y sectores cercanos.

Estos equipos fueron instalados durante los pasados doce meses y han sido financiados con fondos del Proyecto Fondecyt “Estructura del paisaje y su dinámica en un mundo cambiante: evaluando el rol del cambio climático y forzantes sísmicos sobre la estructura geográfica y distribución del complejo totora & planicies sedimentarias mareales, en humedales costeros del sur de Chile”, el cual comenzó a ser ejecutado en el año 2022 y que durará hasta el año 2025. El proyecto es liderado por el Dr. Fabio Labra de la Universidad Santo Tomás (Santiago) participando como coinvestigadores, los doctores Eduardo Jaramillo (Universidad Austral de Chile) y Marcos Moreno (Pontificia Universidad Católica de Chile), y como profesional externo el Dr. Juan Carlos Baez (Universidad de Chile).

Según los expertos, el humedal está sometido a variabilidad de factores locales que operan dentro del mismo y que son constantemente monitoreados. Estos incluyen la calidad de agua y del sedimento, macrófitas acuáticas, ictiofauna de riberas, macroinfauna de fondos submareales, macrofauna de fondos pedregosos, camarones, anfibios anuros, avifauna de pajonales, avifauna acuática y mamíferos acuáticos. Pero aparte de estos componentes locales, lo que se busca con esta instrumentalización es poder ampliar el alcance de la comprensión de la estructura y variabilidad espacio temporal de componentes bióticos relevantes del área como los totorales, por medio de la evaluación de variables relacionadas al ciclo sísmico o deformación continental entre terremotos y al cambio climático (temperatura del aire, nivel del mar y pluviometría) y cuyas interacciones pueden resultar entre otras situaciones, en disminución del nivel del agua dentro del HRC, con consecuente afectación de las macrófitas y fauna acuática debido a desecación de las riberas.

Según el Dr. Eduardo Jaramillo, investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra (UACh) y Coordinador del Programa de Monitoreo Ambiental del HRC, esto último es relevante para comprender por ejemplo, lo que ha ocurrido en años recientes en cuanto a la variabilidad en la cobertura del Luchecillo en diferentes zonas del HRC; un tema no trivial, ya que esta planta acuática es el alimento primario de los cisnes de cuello negro en el humedal. Para el Dr. Fabio Labra (encargado de los análisis de la cobertura y estado salud de la Totora mediante análisis de sensores remotos y variabilidad climática), esto es relevante, pues las cuencas hidrográficas de nuestro país experimentan variaciones climáticas de gran escala temporal y geográfica. Por ello se busca entender cómo interactúan los cambios de nivel de la corteza terrestre y el forzamiento por las mareas con la pluviometría,  para dar cuenta de algunos atributos del humedal del Río Cruces.

Los datos hasta ahora recolectados desde un GPS instalado en el año 2015 en el sector medio del HRC (Santa María) y analizados en conjunto con datos recolectados por otros GPS de la región, muestran que el humedal se está levantando, así como toda la zona cercana al mismo (con un valor promedio de ~1 cm anual). Los datos muestran también variabilidad intra anual, con mayor levantamiento durante el período estival y menor levantamiento durante el invierno. La hipótesis que están evaluando los doctores Baez y Moreno – expertos en geodesia y neotectónica, respectivamente – es que esa variabilidad intra anual, tiene relación con la variabilidad intra anual del volumen de agua que está sobre el humedal. Es decir, el levantamiento se ralentiza durante el invierno, cuando esta cuenca hídrica contiene mayor volumen de agua y por lo tanto mayor peso. Por el contrario, durante el verano hay menor volumen de agua y el levantamiento es mayor. La nueva estación de GPS instalada en febrero 2023,  en el Laboratorio de Recursos Acuáticos y Costeros de Calfuco (costa de Valdivia), será de gran utilidad para contrastar estos datos con la información de las otras estaciones que están al interior del humedal (Santa María y Tralcao), y así evaluar la hipótesis ya mencionada.

“Los datos de los GPS instalados en y en las cercanías del HRC, serán contrastados con los datos de los sensores del nivel de agua instalados a lo largo del humedal, a fin de evaluar la magnitud de la variabilidad mareal dentro del HRC. Más aún, se estudiará también si esa variabilidad está siendo afectada por el levantamiento continental en el área y eventualmente también por las disminución de la lluvia”, señala el Dr. Jaramillo.

“Los resultados de este estudio podrían ser extrapolados con cautela, a por ejemplo, la persistencia en el tiempo de los humedales inmersos en áreas urbanas. Algunas preguntas relevantes en este aspecto son por ejemplo, ¿ hasta cuando persistirán algunos de tales humedales, dado por ejemplo – de los efectos del levantamiento continental que ocurre en muchas áreas, producto del ciclo sísmico y de aquellos relacionados al cambio climático ?, o, ¿ dado esos efectos, cuales son los humedales que debiéramos priorizar ?. Muchos humedales cambiarán o tenderán a desaparecer por efecto de los fenómenos ya mencionados, mientras que otros se verán favorecidos, por ejemplo aquellos ubicados en áreas costeras donde el aumento del nivel del mar y la influencia mareal, puede resultar en aporte continuo de sedimentos y consecuentemente en la mantención o aún crecimiento de los mismos. Esto último, si no hay restricción de espacio en los bordes de esos humedales, debido a confinamiento urbano por construcción de murallas o bordes de concreto ”, dice el Dr. Jaramillo.